La cocaína es un alcaloide extraído de la planta de la hoja de coca. Se suele consumir mezclada con diversas sustancias adulteradas como talco, harina, anfetaminas, detergentes, formol y otros productos.
La pureza de la sustancia depende de la mezcla realizada que suele oscilar entre el 5 y 50 % y según el proceso de elaboración empleado en la mezcla, aparecen diferentes formas de suministro como pasta de coca, clorhidrato de cocaína, base libre y crack. Su consumo suele hacerse por vía inhalatorio o intravenosa.
Es la segunda droga ilegal más consumida entre la población en edad reproductiva, según una encuesta realizada en el año 2007 en el Plan Nacional sobre Drogas en España encontraron que la prevalencia en la población entre 15 y 34 años se situaba en el 5 % para el consumo de los últimos 12 meses y del 3 % en el último mes.
Dosis moderada de cocaína produce ausencia de fatiga y sueño, animo exaltado, aumento de la tensión arterial, aumento de la libido, y, en el hombre dificultades para la erección. Con consumos más altos aparece: ansiedad, agresividad intensa, alucinaciones, temblores y convulsiones.
En relación con la fertilidad las mujeres que consumen cocaína tienen más tendencia a infecciones genitales que llevan a un mayor número de obstrucción de trompas debido a la promiscuidad sexual. Sabemos basados en experimentación animal, que su consumo puede afectar a la función del ovario, produciendo anomalías en la forma de los folículos y su atresia temprana. También está demostrado que en los ciclos de fecundación in vitro (FIV), se necesitan mayores dosis de gonadotropinas, además los niveles de estrógenos y progesterona que se alcanzan en estos ciclos estimulados siempre son menores.
En varones sobre todo cuando el consumo es prolongado, por encima de cinco años, puede originar una disminución en la concentración y en la movilidad de los espermatozoides y también el aumento de formas anormales
Con relación al número de abortos, se aprecia que su consumo eleva el número de estos que pueden alcanzar el 40 %, en comparación con las no consumidoras ronda el 15 %. Esto podría deberse a la disminución de las hormonas, sobre todo la progesterona, y a la disminución del flujo sanguíneo al útero, debido a la disminución del calibre de los vasos sanguíneos que llegan al útero.
En cuanto a su repercusión en el embarazo se ha asociado al aumento del parto prematuro, desprendimiento de placenta. Todo ello debido a la vasoconstricción de los placentarios, y aumento de la tensión arterial.
El feto también se ve influenciado por su consumo, originando principalmente alteraciones en el crecimiento, malformaciones cardiovasculares, síndrome de la muerte súbita del lactante y alteraciones tanto intestinales como renales y del sistema nervioso central.
IMAGEN: https://consumer.healthday.com/general-health-information-16/drug-abuse-news-210/el-fentanilo-se-est-aacute-convirtiendo-en-un-letal-c-oacute-mplice-en-el-abuso-de-la-coca-iacute-na-y-la-metanfetamina-746032.html
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